LA DOMESTICACIÓN DE LOS ANIMALES Y DEL HOMBRE
A lo largo de la historia de la civilización occidental la relación de los seres humanos para con otros animales nunca ha sido especialmente "civil”. La convivencia que alguna vez fue fácil, cuando la humanidad se volvió más organizada y tecnológicamente desarrollada, rápidamente se convirtió en una relación de dominación y explotación. En los últimos años, activistas de los derechos de los animales han atraído la atención internacional con el trato y las condiciones de vida de los animales en granjas industriales, zoológicos, circos y laboratorios, un debate serio pero al que aun le falta abarcar la vida de los animales que existen en un ambiente similar pero mucho más cerca de casa - la vida de los animales domésticos, las mascotas que tenemos en nuestros propios hogares-. Llevamos a cabo un examen de la vida de nuestras mascotas que revela que ellos también son explotados en su relación cotidiana con los seres humanos; pero eso no es todo, también revela algo sobre nosotros mismos.
Seguramente hay muchos felices y bien adaptados animales domésticos que logran llevar una vida que, a su entender, es excitante y satisfactoria. De la misma manera, la historia nos demuestra que los seres humanos en las peores condiciones, incluso durante períodos de sufrimiento y abominación como el Holocausto a menudo han logrado disfrutar de la vida, enamorarse y hacer amistades, para encontrar significado en su vida diaria y en su existencia; para la cual el ser humano es resistente y duradero, y al igual que todos los animales se adapta de la mejor forma posible para sobrevivir y prosperar en cualquier situación. Por lo tanto, el hecho de que muchos animales (humanos o no-humanos), para el caso, son felices en nuestras casas no es razón suficiente para dejar de lado una consideración de lo que significa la vida domestica-da.
Veamos el contenido habitual de la vida de los animales domésticos de hoy. Comienza la vida, para la mayoría de ellos en lo que se remite a, en términos humanos como, un "hogar roto". Cachorros, perros y gatos son habitualmente sustraídos de la compañía de sus madres y hermanos en una muy temprana edad para ser sometidos a un ambiente ajeno, sea esto una tienda de animales atestada y caótica o la casa de su nuevo propietario. Muchos de ellos son maltratados y abusados (no es nada raro ver perros, gatos o loros con fobia a los hombres como consecuencia de haber sido maltratados por estos últimos en su juventud) y muchos más aun quedan huérfanos. La mayoría de las veces cuando los animales domesticados se reproducen es considerado como algo molesto e imprevisto por sus propietarios humanos, y los hijos no deseados son tratados en consecuencia. Considere lo difícil que es para los jóvenes, hombres y mujeres que crecen en "hogares rotos” o en una agencia de adopción / reformatorio, ser feliz y tener confianza en sí mismo y verá claramente lo difícil que debe ser crecer para los animales domésticos hoy en día.
Pero una infancia difícil es sólo el comienzo de una vida difícil y antinatural para estos gatos, loros o hámsteres. Pues no sólo son los entornos (es decir, jaulas, pequeñas cajas de cristal, departamentos de 2 o 3 ambientes, casas con control climático, y - en el mejor de los casos - algún patio trasero con el césped y los arbustos recortados) los cuales difieren drásticamente de aquellos para los que la naturaleza los preparó, también el papel que cumplen en la vida de los seres humanos es algo antinatural ya que no poseen el control de su propio destino. La mayoría de los seres humanos que tienen una mascota mantienen una relación de posesión respecto a los animales como si fueran, de alguna forma, juguetes en vez de seres vivos que sienten. Eso parece como una injusta acusación, pero examina la relación que tienen generalmente estos seres humanos con sus animales, y los fundamentos sobre los cuales los retienen, sugiriendo tener todo el derecho a ello ya que los cuidan, asean y alimentan. Bien, ciertamente, estos dueños intentan prever las necesidades de los animales y, a menudo, les dan afecto, pero el papel fundamental que desempeñan estos animales en los hogares y en la vida de esta gente es nada más y nada menos que el del entretenimiento. Y, en algunas ocasiones, sustituto de la familia y amigos también. Es decir, los animales son retenidos por los seres humanos con la expectativa que traerán una cierta clase de diversión, y quizás el amor, en las vidas de sus dueños. Su papel no es ser animales, es decir; buscar ratones, volar al sur para el invierno, perseguir alces, afilar sus garras donde ellos crean adecuado, marcar territorio con la orina o reproducirse naturalmente. Mas bien, se espera que sean bufones o cortesanos modernos en el hogar occidental.
Las ramificaciones de esta relación entre los animales y los seres humanos son muchas, pero podemos ver que este acuerdo no beneficia justamente a los animales si tenemos en cuenta los "ajustes" que habitualmente hacen los seres humanos a sus mascotas para que estas puedan cumplir sus funciones de manera más eficaz. Los gatos son el ejemplo más evidente: sus propietarios los castran y desungulan rutinariamente para que cumplan sin problemas su función de juguete bien amaestrado. Tener y usar garras es una parte básica y hermosa de ser un gato; un gato sin sus garras es como un humano sin dedos: Puede acostumbrarse a la situación, e incluso saber como disfrutar de la vida a pesar de la alteración, pero desde ese momento algo faltará en su vida para siempre.
Del mismo modo, hay quienes dicen que la esterilización es humana y hace la vida más sencilla para estos animales, a estos preguntaremos ¿simplificarían parte de su aparato reproductor con tal gusto como lo hacen por sus mascotas siendo esto tan beneficioso y tan “humano”? La esterilización afecta algo más que la vida sexual de los animales; cambia su equilibrio hormonal, modifica la personalidad. Un gato esterilizado a menudo engordará, se volverá más lento, y desanimado. Esterilizar a los gatos o a los perros es una manera cómoda y fácil de tener una mascota puesto que ya no se reproducirá, ni se le caerá tanto el pelo, ni se verá escuálido y feo, claro, todo esto a costo del goce animal. Para usted una gata en celo frustrada puede no parecen estar disfrutando mucho de la vida, pero si le quita el único deseo que tiene ¿cuál será el significado de su vida? acabado con sus inclinaciones naturales extraídas quirúrgicamente o frustrado por un ambiente muy diferente para el cual la naturaleza lo diseñó, el gato esterilizado se volverá aburrido, desanimado, y grasoso, con lo cual comer el alimento que su
amo le proporciona será su único
estimulo y placer.
La mayoría de nosotros puede recordar seguramente sin ningún esfuerzo haber visto algún animal obeso, patético y desequilibrado por obra de su amo. Estos animales son las víctimas de la relación de explotación que existe hoy entre los seres humanos y los animales domésticos. Contenidos como simples juguetes, comiendo el alimento estandarizado que sale sin ningún esfuerzo de una caja, viviendo en casas y barrios hacinados que nada se comparan con el entorno natural. Ahora no te sorprendas si los notas débiles y sin energías, es que están muy lejos de ser animales apasionados y salvajes. Y aun con posibilidades de ser sanos y autosuficientes siguen siendo obligados a la humillante dependencia de los hombres y mujeres que no quieren, ni permiten, ni pueden darle la oportunidad de satisfacer sus vidas.
Esto no quiere decir que cualquier alternativa a la domesticación sea verdaderamente viable. El "mundo exterior" no es el lugar adecuado para que se ejecuten en el medio silvestre o se reproduzcan; los habitas naturales, para aquellos animales que podían adaptarse de nuevo a ellos, han sido alterados más allá de todo reconocimiento por la contaminación y otras fuerzas. El nuevo entorno mundial emergente con sus excavaciones en los campos de asfalto, los bosques de acero, y los acantilados de hormigón, es sólo hospitalario para las palomas y las cucarachas. En comparación con la vida en el "mundo exterior", la vida domestica es el menor de los males para los gatos y demás.
Y esto es lo más trágico de esta situación: no hay salida del mundo tecnológico sobre-organizado que hemos creado; ninguna salida para los animales o los seres humanos. Es que no hay mucha diferencia entre la domesticación de los animales y la del hombre. Nosotros, con esas jaulas modernas, cajas de zapato y peceras a las que llamamos apartamentos, no estamos exentos del problema. Compramos también alimento estandardizado y en caja para comer en McDonalds, alimento muy diferente al alimento que nuestros antepasados comían. Tampoco podemos encontrar salida para nuestros impulsos espontáneos, “salvajes”, estamos castrados y desungulados mientras seguimos viviendo en ciudades encogidas y suburbios hacinados bajo obstáculos legales y restricciones culturales. Nosotros tampoco podemos vagar lejos de nuestras perreras, porque estamos de 8 a 12 hs en nuestros puestos de trabajo para poder pagar las cuentas o porque las fronteras políticas no lo permiten. ¿Y si vagáramos lejos, qué encontraríamos? ¿Bosques, selvas, llanos salvajes, barrancas majestuosas? No, Estos van rápidamente desapareciendo a medida que trabajan día y noche para envolver nuestro mundo en una piel de hormigón, para asegurarse de que toda la hierba se riegue por aspersión y que todos los pantanos sean drenados y que los llanos se conviertan en espacio de oficinas. Y todo lo que no se transforme en grandes jaulas o casas-peceras para que nosotros vivamos, seguramente lo inutilizaremos con la contaminación, mientras no reconsideremos y reorientemos nuestras acciones a gran escala.
Tal vez podemos aprender sobre nosotros mismos del ejemplo de nuestras propias mascotas. Puede ser que hagamos bien en aprender de ellos que la felicidad verdadera no consiste simplemente en prever el alimento, la salud física, y la seguridad. La solución al problema de la pobreza emocional de la vida de los animales domésticos, y para los seres humanos, evidentemente no es simple. Tenemos que empezar por volver a evaluar lo que la vida debe ser para los seres humanos y para los animales por igual, y lo que nuestra sociedad debe ser en general, para que nuestras vidas puedan ser significativas y satisfactorias. No hay tiempo que perder, ya hemos criado perros que no saben cómo sobrevivir sin cadenas, pronto puede que no haya ninguna vuelta atrás para nosotros.
“Todos ustedes no sólo han alterado a sus primos alados y a sus hermanos de cuatro patas; también lo han hecho con ustedes mismos. Ustedes han cambiado a los presidentes del congreso, a los oficinistas, a los del tiempo. Ustedes han convertido a sus mujeres en amas de casa, criaturas verdaderamente temerosas. Me invitaron una vez a la casa de una; -Mire las cenizas, no fume, usted manchará las cortinas. Mire la pecera del pez dorado, no incline su cabeza contra el papel pintado su pelo puede estar grasiento. No derrame el licor en esa tabla: tiene un delicado acabado. Usted debe limpiar sus zapatos antes de entrar; el piso acaba de ser barnizado. No, no, no, usted está loco-
Ustedes viven en las cárceles que han construido a su medida, las llaman hogares, oficinas y fábricas.”
- John (Fire) Lame Deer and Richard Erdoes, Lame Deer Seeker of Visions. New York: Simon and Schuster,
1994 [1972], 121.-
Ustedes viven en las cárceles que han construido a su medida, las llaman hogares, oficinas y fábricas.”
- John (Fire) Lame Deer and Richard Erdoes, Lame Deer Seeker of Visions. New York: Simon and Schuster,
1994 [1972], 121.-
A lo largo de la historia de la civilización occidental la relación de los seres humanos para con otros animales nunca ha sido especialmente "civil”. La convivencia que alguna vez fue fácil, cuando la humanidad se volvió más organizada y tecnológicamente desarrollada, rápidamente se convirtió en una relación de dominación y explotación. En los últimos años, activistas de los derechos de los animales han atraído la atención internacional con el trato y las condiciones de vida de los animales en granjas industriales, zoológicos, circos y laboratorios, un debate serio pero al que aun le falta abarcar la vida de los animales que existen en un ambiente similar pero mucho más cerca de casa - la vida de los animales domésticos, las mascotas que tenemos en nuestros propios hogares-. Llevamos a cabo un examen de la vida de nuestras mascotas que revela que ellos también son explotados en su relación cotidiana con los seres humanos; pero eso no es todo, también revela algo sobre nosotros mismos.
Seguramente hay muchos felices y bien adaptados animales domésticos que logran llevar una vida que, a su entender, es excitante y satisfactoria. De la misma manera, la historia nos demuestra que los seres humanos en las peores condiciones, incluso durante períodos de sufrimiento y abominación como el Holocausto a menudo han logrado disfrutar de la vida, enamorarse y hacer amistades, para encontrar significado en su vida diaria y en su existencia; para la cual el ser humano es resistente y duradero, y al igual que todos los animales se adapta de la mejor forma posible para sobrevivir y prosperar en cualquier situación. Por lo tanto, el hecho de que muchos animales (humanos o no-humanos), para el caso, son felices en nuestras casas no es razón suficiente para dejar de lado una consideración de lo que significa la vida domestica-da.
Veamos el contenido habitual de la vida de los animales domésticos de hoy. Comienza la vida, para la mayoría de ellos en lo que se remite a, en términos humanos como, un "hogar roto". Cachorros, perros y gatos son habitualmente sustraídos de la compañía de sus madres y hermanos en una muy temprana edad para ser sometidos a un ambiente ajeno, sea esto una tienda de animales atestada y caótica o la casa de su nuevo propietario. Muchos de ellos son maltratados y abusados (no es nada raro ver perros, gatos o loros con fobia a los hombres como consecuencia de haber sido maltratados por estos últimos en su juventud) y muchos más aun quedan huérfanos. La mayoría de las veces cuando los animales domesticados se reproducen es considerado como algo molesto e imprevisto por sus propietarios humanos, y los hijos no deseados son tratados en consecuencia. Considere lo difícil que es para los jóvenes, hombres y mujeres que crecen en "hogares rotos” o en una agencia de adopción / reformatorio, ser feliz y tener confianza en sí mismo y verá claramente lo difícil que debe ser crecer para los animales domésticos hoy en día.
Pero una infancia difícil es sólo el comienzo de una vida difícil y antinatural para estos gatos, loros o hámsteres. Pues no sólo son los entornos (es decir, jaulas, pequeñas cajas de cristal, departamentos de 2 o 3 ambientes, casas con control climático, y - en el mejor de los casos - algún patio trasero con el césped y los arbustos recortados) los cuales difieren drásticamente de aquellos para los que la naturaleza los preparó, también el papel que cumplen en la vida de los seres humanos es algo antinatural ya que no poseen el control de su propio destino. La mayoría de los seres humanos que tienen una mascota mantienen una relación de posesión respecto a los animales como si fueran, de alguna forma, juguetes en vez de seres vivos que sienten. Eso parece como una injusta acusación, pero examina la relación que tienen generalmente estos seres humanos con sus animales, y los fundamentos sobre los cuales los retienen, sugiriendo tener todo el derecho a ello ya que los cuidan, asean y alimentan. Bien, ciertamente, estos dueños intentan prever las necesidades de los animales y, a menudo, les dan afecto, pero el papel fundamental que desempeñan estos animales en los hogares y en la vida de esta gente es nada más y nada menos que el del entretenimiento. Y, en algunas ocasiones, sustituto de la familia y amigos también. Es decir, los animales son retenidos por los seres humanos con la expectativa que traerán una cierta clase de diversión, y quizás el amor, en las vidas de sus dueños. Su papel no es ser animales, es decir; buscar ratones, volar al sur para el invierno, perseguir alces, afilar sus garras donde ellos crean adecuado, marcar territorio con la orina o reproducirse naturalmente. Mas bien, se espera que sean bufones o cortesanos modernos en el hogar occidental.
Las ramificaciones de esta relación entre los animales y los seres humanos son muchas, pero podemos ver que este acuerdo no beneficia justamente a los animales si tenemos en cuenta los "ajustes" que habitualmente hacen los seres humanos a sus mascotas para que estas puedan cumplir sus funciones de manera más eficaz. Los gatos son el ejemplo más evidente: sus propietarios los castran y desungulan rutinariamente para que cumplan sin problemas su función de juguete bien amaestrado. Tener y usar garras es una parte básica y hermosa de ser un gato; un gato sin sus garras es como un humano sin dedos: Puede acostumbrarse a la situación, e incluso saber como disfrutar de la vida a pesar de la alteración, pero desde ese momento algo faltará en su vida para siempre.
Del mismo modo, hay quienes dicen que la esterilización es humana y hace la vida más sencilla para estos animales, a estos preguntaremos ¿simplificarían parte de su aparato reproductor con tal gusto como lo hacen por sus mascotas siendo esto tan beneficioso y tan “humano”? La esterilización afecta algo más que la vida sexual de los animales; cambia su equilibrio hormonal, modifica la personalidad. Un gato esterilizado a menudo engordará, se volverá más lento, y desanimado. Esterilizar a los gatos o a los perros es una manera cómoda y fácil de tener una mascota puesto que ya no se reproducirá, ni se le caerá tanto el pelo, ni se verá escuálido y feo, claro, todo esto a costo del goce animal. Para usted una gata en celo frustrada puede no parecen estar disfrutando mucho de la vida, pero si le quita el único deseo que tiene ¿cuál será el significado de su vida? acabado con sus inclinaciones naturales extraídas quirúrgicamente o frustrado por un ambiente muy diferente para el cual la naturaleza lo diseñó, el gato esterilizado se volverá aburrido, desanimado, y grasoso, con lo cual comer el alimento que su
amo le proporciona será su único
estimulo y placer.
La mayoría de nosotros puede recordar seguramente sin ningún esfuerzo haber visto algún animal obeso, patético y desequilibrado por obra de su amo. Estos animales son las víctimas de la relación de explotación que existe hoy entre los seres humanos y los animales domésticos. Contenidos como simples juguetes, comiendo el alimento estandarizado que sale sin ningún esfuerzo de una caja, viviendo en casas y barrios hacinados que nada se comparan con el entorno natural. Ahora no te sorprendas si los notas débiles y sin energías, es que están muy lejos de ser animales apasionados y salvajes. Y aun con posibilidades de ser sanos y autosuficientes siguen siendo obligados a la humillante dependencia de los hombres y mujeres que no quieren, ni permiten, ni pueden darle la oportunidad de satisfacer sus vidas.
Esto no quiere decir que cualquier alternativa a la domesticación sea verdaderamente viable. El "mundo exterior" no es el lugar adecuado para que se ejecuten en el medio silvestre o se reproduzcan; los habitas naturales, para aquellos animales que podían adaptarse de nuevo a ellos, han sido alterados más allá de todo reconocimiento por la contaminación y otras fuerzas. El nuevo entorno mundial emergente con sus excavaciones en los campos de asfalto, los bosques de acero, y los acantilados de hormigón, es sólo hospitalario para las palomas y las cucarachas. En comparación con la vida en el "mundo exterior", la vida domestica es el menor de los males para los gatos y demás.
Y esto es lo más trágico de esta situación: no hay salida del mundo tecnológico sobre-organizado que hemos creado; ninguna salida para los animales o los seres humanos. Es que no hay mucha diferencia entre la domesticación de los animales y la del hombre. Nosotros, con esas jaulas modernas, cajas de zapato y peceras a las que llamamos apartamentos, no estamos exentos del problema. Compramos también alimento estandardizado y en caja para comer en McDonalds, alimento muy diferente al alimento que nuestros antepasados comían. Tampoco podemos encontrar salida para nuestros impulsos espontáneos, “salvajes”, estamos castrados y desungulados mientras seguimos viviendo en ciudades encogidas y suburbios hacinados bajo obstáculos legales y restricciones culturales. Nosotros tampoco podemos vagar lejos de nuestras perreras, porque estamos de 8 a 12 hs en nuestros puestos de trabajo para poder pagar las cuentas o porque las fronteras políticas no lo permiten. ¿Y si vagáramos lejos, qué encontraríamos? ¿Bosques, selvas, llanos salvajes, barrancas majestuosas? No, Estos van rápidamente desapareciendo a medida que trabajan día y noche para envolver nuestro mundo en una piel de hormigón, para asegurarse de que toda la hierba se riegue por aspersión y que todos los pantanos sean drenados y que los llanos se conviertan en espacio de oficinas. Y todo lo que no se transforme en grandes jaulas o casas-peceras para que nosotros vivamos, seguramente lo inutilizaremos con la contaminación, mientras no reconsideremos y reorientemos nuestras acciones a gran escala.
Tal vez podemos aprender sobre nosotros mismos del ejemplo de nuestras propias mascotas. Puede ser que hagamos bien en aprender de ellos que la felicidad verdadera no consiste simplemente en prever el alimento, la salud física, y la seguridad. La solución al problema de la pobreza emocional de la vida de los animales domésticos, y para los seres humanos, evidentemente no es simple. Tenemos que empezar por volver a evaluar lo que la vida debe ser para los seres humanos y para los animales por igual, y lo que nuestra sociedad debe ser en general, para que nuestras vidas puedan ser significativas y satisfactorias. No hay tiempo que perder, ya hemos criado perros que no saben cómo sobrevivir sin cadenas, pronto puede que no haya ninguna vuelta atrás para nosotros.
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