ACERCA DEL LAVADO… EL LAVADO DE CEREBRO

“Lo mas característico de los restos del Ché Guevara era la suciedad. El nunca se bañaba, lo odiaba. Era repugnante y mugriento, incluso estaba por debajo del estándar de limpieza que prevalecía entre las fuerzas de Castro en Sierra Maestra. De vez en cuando, el Ché tomaba algunos de sus hombres y los llevaba a un arroyo para que pudieran asearse. En esas ocasiones el nunca se bañaba ni lavaba su ropa, solo se sentaba en algún banco a mirar a los demás. Era realmente increíble y excepcionalmente sucio.”
Calumniosa descripción del Che Guevara extraída de un expediente de la CIA- año 1958

me sorprende escuchar a la gente quejarse a menudo por los que hoy en día hacen llamarse “hippies” o “crusty punks”, sobretodo en gran parte de los espacios alternativos o circuitos under,
Escucho decir cosas como “ya vinieron los roñosos a llenar de olor el lugar”. Mientras yo me pregunto ¿Que es lo que estas personas intentan transgredir con esta rebelión anti-ducha? Lo que está claro es que tienen una visión diferente a la nuestra de lo que significa “limpieza”.
Por eso, antes que nada veamos de donde vienen nuestras ideas acerca de la limpieza: La civilización occidental tiene una larga historia de asociación entre la limpieza y la bondad o la “pulcritud espiritual”, cuestión que se resume claramente en la vieja expresión "la limpieza viene de la mano de la santidad".
En la antigua Grecia, había cantidad de “espíritus del mal” llamados –las Furias-; gente que estaba vista a menudo como sucios. Las Furias eran sucios, ancianos y mujeres, exactamente lo contrario a la forma en que el dramaturgo se describe a si mismo; su suciedad, entre otras cosas, los identificó como un grupo marginal exótico, de animales e inhumanos. Con el tiempo, la limpieza se convirtió en una medida con la que los que "tenían" debían estar separados de los que "no tenían". Aquellos que poseían la riqueza y el poder necesario para tener el placer de permanecer sin esfuerzos, inactivos, despreciando a los campesinos y viajeros cuyos estilos de vida implicaban usar sus propios cuerpos, los cuales, obviamente se ensuciaban a diario. A lo largo de nuestra historia, podemos ver que la limpieza se ha utilizado como un estándar de valor por los que tienen el poder de atribuir la situación social-y, por lo tanto, el "Dios", el auto-proclamado santo que está por encima del resto de nosotros en la sociedad jerárquica. Que proclamó su limpieza, comprada con el trabajo de los que se ven obligados a trabajar para el, en una expresión de su superioridad. Hasta el día de hoy, aceptamos esta creencia tradicional: "lavarse", de acuerdo a las normas sociales, es lo mejor que uno puede hacer por uno mismo.
Debido a lo que claramente se ve en la historia de nuestras ideas acerca de la "limpieza", toda persona que es crítica de los valores dominantes, cualquier radical o punk, debería sospechar de el gran valor que se asigna a ser "limpio", de acuerdo a las normas tradicionales. Además, ¿qué es exactamente ser "limpio"?
En estos días, la limpieza se define más por la venta de las empresas de "productos de saneamiento" que por lo que suceda realmente con las personas. Esto es importante y para tener en cuenta. Ciertamente, la mayoría de estos productos tienen una extraña habilidad para eliminar, a través de la suciedad (química, sintetiza, no-natural), la suciedad natural del hombre/mujer. ¿Es esta la limpieza de la que hablamos, la que constituye la única forma aceptable y necesaria de saneamiento? Me asusta la idea de vivir exponiendo mi cuerpo a estos productos artificiales por el solo hecho de tener un poco de polvo, lodo, o sudor, o en el peor de los casos (dios me salve!) manchas de comida o de sangre en la camisa.
La idea de que es conveniente utilizar productos
químicos (ya se trate de desodorante, detergente o champú) para erradicar la suciedad orgánica tiene algunas implicaciones aterradoras. En primer lugar, se apoya a la vieja superstición cristiana de que el cuerpo biológico es vergonzoso y debe ser ocultado. Que nuestro cuerpo (y toda nuestra existencia) en el mundo físico, como el del resto de los animales, es intrínsecamente repugnante y pecaminoso. Esta idea fundamentalista se ha utilizado para mantenernos inseguros y avergonzados, y, por lo tanto, a merced de los sacerdotes y otras autoridades, que nos dicen cómo llegar a ser "puro": ayer, mediante la presentación de sus santos y la negación de nuestro propio cuerpo, y hoy, gastando grandes cantidades de dinero en productos que ellos mismos tienen listos para nosotros. Además, como el capitalismo transforma todo el mundo, desde lo orgánico (bosques, pantanos, desiertos, ríos) a la inorgánico (ciudades de hormigón y acero, en las afueras de asfalto, baldíos que han sido despojados de todos los recursos naturales, vertederos de basura), también sostiene la idea “transformadora” de que hay algo más valioso acerca de los productos químicos para el síntesis natural de la suciedad; esto es que esta transformación en si misma podría ser en realidad algo muy positivo para la humanidad… Y, por lo tanto, esto implícitamente justifica el lucro y la destrucción de nuestro planeta.
En realidad, estas empresas están más relacionadas con la venta de productos que con nuestra salud y limpieza actual. Así, utilizan el gran valor que tradicionalmente han colocado en el saneamiento en lo que refiere a vendernos todo tipo de productos en el nombre de la limpieza… que por cierto, vaya uno a saber cuales son los efectos a largo plazo que el uso de estos mismos traen a nuestro cuerpo. Ciertamente no les importa. Si estuviera comprobado que a largo plazo el uso de sus jabones super perfumados o su champú de alta tecnología, nos traen algún efecto colateral , seguramente nos venderían con sumo gusto otro producto con sofisticadas soluciones medicas (entiéndase crema de enjuague que elimina la caspa creada por algún otro producto, detergente que no estropea las manos, desodorante que no irrita la piel, etc.) manteniendo en movimiento las ruedas de la economía capitalista y la vergüenza sobre nuestros cuerpos (como los sucios e indeseables productores de sudor y fluidos naturales que somos), sin olvidarse de todas aquellas ventas que, al igual que lo anterior, dependen de nuestra inseguridad: productos “Light”, artefactos para “ejercitar” el cuerpo, ropa de moda y demás. Por eso cuando aceptamos su definición de "limpieza" estamos aceptando su dominación.
Incluso estando de acuerdo acerca de la dudosa naturaleza de los actuales productos de saneamiento, la mayoría de la gente hoy en día todavía sostiene que el saneamiento es aún más saludable que la inmundicia. En cierta medida esto es cierto. Probablemente sea una buena idea lavar tus pies si pisaste mierda. Pero, aparte de los casos evidentes como ese, hay miles de diferentes puntos de vistas acerca de lo que es limpio y lo que es sucio en todo el mundo, si uno se fija en las diferentes sociedades y civilizaciones, se encuentra con prácticas de salud que parecen suicidas al lado de nuestras normas de saneamiento. Y, sin embargo, estas personas sobreviven tan bien como nosotros. Personas en África unos pocos cientos de años atrás vivían cómodamente en un ambiente natural, que destruyeron luego los pulcros y muy pulidos exploradores occidentales que llegaron a su continente. El ser humano puede adaptarse a una gran variedad de ambientes y situaciones, y parece que la cuestión de, qué tipo de servicio de saneamiento es mejor, al menos, depende de las normas biológicas establecidas por la mayoría. Intentá violar algunas de las normas de saneamiento Occidental algún tiempo, y verás que estar unas semanas sin darte una ducha o salir a comer de los tachos de basura no son cosas realmente tan difíciles o peligrosas como nos han enseñado.
Tal vez la pregunta más importante cuando se trata del inusual valor que le damos a la tradición de la "limpieza" es: ¿qué estamos perdiendo al aceptarla? Pensalo una vez, antes de que reemplacen nuestros aromas naturales con productos químicos. Puesto que, cada uno de nosotros tiene un olor único. Estos olores nos llevan a otros y nos vinculan entre sí a través de la memoria y de la asociación. Ahora, si asocias el aroma de un hombre con el amor, es probablemente su colonia (idéntica a la colonia de miles de otros hombres) lo que estas sintiendo, y no su propio aroma. Y las feromonas naturales que, una vez comunicadas entre sí, desempeñaron un papel importante en nuestra sexualidad, ahora son completamente asfixiadas por la normalización de los productos químicos. Ya no sabemos lo que es ser puro o lo que es tener el perfume natural de los seres humanos, que huele como verdaderos seres humanos. ¿Quién sabe lo mucho que podemos haber perdido a causa de esto? Los que me encuentren repugnante por disfrutar el aroma y el sabor de mi amante cuando ella no se ha bañado, cuando huele como un verdadero ser humano, son probablemente los mismos que se estremecen con la idea de extraer un vegetal de la tierra para luego comerlo en lugar de comer el plástico-envuelto con el que hemos sido criados y alimentados desde niños. Hemos llegado a acostumbrarnos tanto a nuestros electrodomésticos, a la tecnología y a toda la ingeniería existente que ya no sabemos lo que podría ser de nuestras vidas si, de un día para otro, todo eso desapareciera.
Así que intentemos ser un poco más abiertos de mente cuando estemos frente a la gente que toma la “no-limpieza” como protesta frente a un sistema diseñado para alienarnos. Tal vez sólo huelen mal para vos, porque vos nunca tuviste la oportunidad de descubrir lo que es un verdadero ser humano, con todos sus olores. Tal vez podría haber algo que valga la pena en ser "sucios”, algo que no notaste antes. La moraleja de esta historia contiene la base de todas las historias anarquistas: aceptar sólo las normas y valores que tengan un sentido y realmente son de interés mayor. Obtener lo mejor para uno y no permitir que nadie nos imponga lo contrario, más bien, esforzarse para entender las opiniones procedentes de otros, y evaluar así sus acciones por sus propias normas, no por las normas generales.

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