SIN DIOS NI MORAL

Una vez, hojeando un libro sobre psicología infantil, me encontré con un capítulo sobre la rebelión adolescente. Este Sugería que, en la primera fase de la rebelión de un niño contra sus padres, puede que el niño intente distinguirse de los padres acusándolos de no vivir de acuerdo a sus propios valores. Por ejemplo, si le enseñan que la amabilidad y la consideración son importantes, el va a acusarlos de no ser suficientemente compasivos. En este caso el niño todavía no se ha definido a si mismo, ni sus propios valores, todavía acepta los valores e ideas que sus padres le transmitieron y solo el es capaz de afirmar su identidad dentro de ese marco.
Es mas tarde cuando se cuestiona las creencias y la moral que le presentaron como evangelio, es ahí donde puede convertirse en una persona independiente.

A menudo pienso que no hemos llegado más allá de esa primera etapa de la rebelión en lo cotidiano. Criticamos las acciones de los que están en la corriente dominante y los efectos de su sociedad sobre la gente y los animales, atacamos la ignorancia y la crueldad de su sistema, pero raramente nos detenemos a cuestionar la naturaleza de lo que todos aceptamos como "moralidad"¿Podría ser que esa "moral", por la que creemos que podemos juzgar las acciones, es de por sí algo que debe ser criticado? Cuando afirmamos que la explotación de los animales es "moralmente incorrecto", ¿que significa eso? ¿Estamos tal vez sólo aceptando valores y convirtiéndolos en contra de aquellos con los cuales no estamos de acuerdo, en lugar de crear normas morales propias?

Quizás ahora te estés preguntando: “¿que queres decir con eso de crear normas morales propias? Algo esta moralmente bien o no -la moral es algo que no se puede inventar, no es cuestión de mera opinión”. Justo ahí estas aceptando uno de los más elementales principios de la sociedad, el cual te plantea: que el bien y el mal no son valoraciones individuales, sino las leyes fundamentales del mundo. Esta idea, un ocurrencia absurda del cristianismo muerto, está en el centro de nuestra civilización, si vas a cuestionar el sistema, deberías considerar primero esto!

No hay tal cosa como el bien y el mal…
No hay un bien o un mal universal….
No hay factores externos que puedan decidir por nosotros…


¿De dónde viene la idea de la "Ley Moral"?

Hubo un tiempo en el que casi todo el mundo creía en la existencia de un Dios. Este Dios dominaba el mundo, El tenia absoluto poder sobre todo en el, y había impuesto ordenes que todos los seres humanos debían obedecer. Si no lo hacían sufrirían los castigos mas terribles que estaban en sus manos. Naturalmente, la mayoría obedecía las leyes tan bien como podía, el miedo al sufrimiento eterno era mucho más fuerte que los deseos, en la mayoría de los casos, prohibidos. Todos vivían de acuerdo a las mismas leyes y estaban de acuerdo en lo que que era la “moral”: conjunto de valores decretado por las leyes de Dios. Así el bien y el mal se decidieron por la voluntad de dios y, desde luego, todo el mundo lo acepto (por miedo).

Un día la gente despertó, y se dio cuenta que no existía ningún Dios después de todo. No había pruebas científicas para demostrar su existencia, y muy poca gente veía algún punto en tener fe en lo irracional. Dios prácticamente desapareció del mundo; ya nadie le temió ni a el ni a sus castigos.

Pero algo extraño sucedió. Aunque estas personas tuvieron el coraje de cuestionar la existencia de Dios e incluso negársela a los que todavía creían en ella, no se atrevieron a cuestionar la moralidad que sus leyes habían conferido por mandato. Seguramente, no fue lo único que sucedió; todo el mundo había levantádose para sostener las mismas creencias con respecto a lo que era la moralidad, y se había hablado y acordado sobre el bien y el mal de la misma manera, pero tal vez ellos solamente asumieron que era obvio para todos lo que era bueno y lo que era malo y ya no importaba si Dios estaba ahí para hacerlo cumplir o no. O quizás la gente se había acostumbrado a vivir bajo estas leyes a la que tanto les temían incluso considerando la posibilidad de que estas leyes no existiesen en verdad, y simplemente era un engaño mas.

Esto dejo a la humanidad en una posición inusual: aunque ya no había una autoridad para decretar ciertas cosas absolutamente correctas o incorrectas, todavía aceptaban la idea de que algunas cosas son correctas o incorrectas, por naturaleza. A pesar de que ya no tenían fe en una deidad aun tenían fe en un código moral universal que todo el mundo tubo que seguir.
A pesar de que ya no creían en Dios, todavía no eran lo suficientemente valientes para dejar de cumplir sus órdenes, habían abolido la idea de una regla divina, pero no la divinidad de su código de ética. Esta sumisión incondicional a las leyes de un largo pasado bajo la sombra de un maestro celestial ha sido una larga pesadilla de la cual la raza humana recién comenzó a despertar.


Dios esta muerto… y con él, la ley moral.

Sin Dios ya no hay ninguna norma objetiva para juzgar el bien y el mal. Esta realización es muy preocupante para los filósofos hace algunas décadas, pero no ha tenido mucho efecto en otros círculos. La mayoría de la gente todavía parece pensar que una moral universal puede ser castigada mediante algo más que las leyes de Dios: en lo que es bueno para la gente, en lo que nosotros nos sentimos invitados a hacer. Pero las explicaciones de por qué estas normas constituyen necesariamente una “ley universal moral” son difíciles de conseguir. Por lo general, los argumentos para la existencia de la ley moral son emocionales mas que racionales: “¿pero no crees que la violación esta mal?” preguntan los moralistas como si una opinión compartida fuera una prueba de la verdad universal. “¿Pero no crees que la gente necesita creer en algo superior a ellos?” apelan ellos, como si la necesidad de creer en algo pudiera hacerlo realidad. En ocasiones recurren a amenazas: “¿qué pasaría si todo el mundo decidiera que no existe el bien y el mal? ¿Acaso no nos mataríamos entre todos?”.

El problema real con la idea de la ley moral universal es que afirma la existencia de algo que nosotros no podemos controlar, algo que esta afuera de nuestro alcance. Los creyentes del bien y el mal nos quieren hacer creer que hay “verdades morales”, es decir, que hay cosas que son moralmente ciertas en este mundo, del mismo modo que es cierto que el cielo es azul.
Ellos afirman que es una verdad en este mundo que el asesinato es moralmente erróneo al igual que es cierto que el agua se congela a los 30 grados. Pero podemos investigar la temperatura de congelación del agua científicamente: podemos medirla y acordar juntos que llegamos a algún tipo de verdad objetiva. Por otra parte, ¿que es lo que vemos si queremos investigar si es cierto que el asesinato es malo? No hay una tabla de la ley moral en la cima de una montaña para que nosotros consultemos, no hay mandamientos tallados en el cielo encima de nosotros; lo único que tenemos que seguir son nuestros propios instintos y no las palabras de un montón de sacerdotes y otros autollamados expertos en moral, muchos de los cuales ni siquiera se ponen de acuerdo. En cuanto a las palabras de los sacerdotes y moralistas, si no pueden ofrecer una evidencia de este mundo, ¿por que deberíamos creer sus reclamos? Y con respecto a nuestros instintos: si nosotros sentimos que algo esta bien o mal, que puede ser bueno o malo para nosotros, con eso alcanza! Aun sabiendo que eso no significa que es universalmente bueno o malo. Por lo tanto la idea de que hay leyes morales universales es mera superstición: es una evidencia más de que hay cosas que existen en este mundo que actualmente no podemos experimentar ni aprender. Y podríamos hacer bien, y no perder tiempo preguntándonos cosas de las cuales nunca sabremos nada. Cuando dos personas están fundamentalmente en desacuerdo sobre lo que es correcto y lo que no, no hay forma de resolver ese debate. No hay nada en este mundo a lo que referirse para ver cual de las dos posiciones es correcta, por que realmente no hay leyes morales universales, solo evaluaciones personales. Entonces la pregunta más importante es ¿de donde vienen tus valores? ¿Los valores los creas vos, de acuerdo con tus deseos, o los aceptas de alguien más? ¿Quizás alguien mas que disfrazó sus opiniones como “verdades universales”?

¿No resulta sospechosa esa idea de las verdades universales? Este mundo está lleno de grupos e individuos que desean convertirte a su religión, sus dogmas, sus agendas políticas, sus opiniones. Por supuesto ellos te van a decir que un conjunto de valores son “verdaderos” para todos y por supuesto ellos te dirán que sus valores son los correctos. Una vez que estas convencido de que solo hay un estándar de lo que es correcto y lo que es incorrecto solo están a un paso de convencerte de que SU nivel es el correcto. Entonces ¿como enfrentarnos a esos que nos venden la idea de “ley moral universal”? Su afirmación de que la moral es una cuestión de ley moral es solo una astuta forma de llegar a nosotros y que aceptemos sus valores en lugar de forjar uno propio que pudiera entrar en conflicto con los de ellos.

Entonces, para protegernos de las supersticiones de los moralistas y los engaños de los evangelistas vamos a terminar con la idea de la ley moral. Vamos directo a una nueva era, en la cual vamos a hacer nuestros valores a nuestro modo en lugar de aceptar las leyes morales por miedo y obediencia. Que este sea nuestro nuevo credo: no hay un código moral universal que deba dictar el comportamiento humano. No hay nada bueno o malo, no hay una norma universal de lo correcto y lo incorrecto. Nuestros valores y moral vienen de nosotros, y nos pertenecen, nos gusten o no, entonces deberíamos clamarlos con orgullo como nuestras propias creaciones en vez de buscar una justificación externa para ellos.


Pero si no hay bien ni mal, si no tiene algún valor moral intrínseco, ¿cómo sabemos qué hacer?

Haz tu propio “bien y mal”. Si no hay ley moral sobre nosotros, eso significa que somos libres de hacer lo que queramos , libre de ser lo que queremos, libre de perseguir nuestros deseos sin sentir culpa ni vergüenza acerca de ellos. Date cuenta de lo que queres de tu vida, y anda a buscar eso; crea valores que sean buenos para vos, y viví acorde a ellos. No será fácil, los deseos nos llevan en distintas direcciones, vienen y van sin advertirnos, entonces mantenerlos y elegirlos, es una tarea difícil por supuesto y obedeciendo instrucciones es mas fácil, menos complicado. ¿Pero crees que vale la pena? si vivimos nuestras vidas como nos enseñaron e instruyeron, las chances de que obtengamos lo que queremos de la vida son muy escasas: cada uno de nosotros es distinto y tiene necesidades distintas, entonces, ¿cómo podría un conjunto de “verdades morales” funcionar para cada uno de nosotros? Si tomamos la responsabilidad de crear nosotros mismos nuestra propia tabla de valores, entonces así tendremos una oportunidad de alcanzar un cierto grado de felicidad. La vieja moral de las leyes ha quedado de días donde vivíamos en una temerosa sumisión a un Dios no existente, en fin, con su partida, podemos liberarnos de toda la cobardía, la sumisión, y la superstición que ha caracterizado nuestro pasado.

Algunos entienden mal la afirmación de que debemos seguir nuestros propios deseos y lo piensan como si fuera mero hedonismo. Pero no es el efímero e insustancial deseo de los típicos libertinos a lo que nos referimos acá. Son los más fuertes, profundos, y duraderos deseos e inclinaciones del individuo: son los más fundamentales sentimientos de amor y odio los que deben formar nuestros valores. El hecho de que no haya ningún Dios para demandarnos nos da la posibilidad (posibilidad que Dios y sus secuaces nos habían quitado) de hacer el bien y el mal por nuestro propio bien y no por temor a alguna deidad o por obediencia a un código moral.


Pero, ¿cómo podemos justificar actuar con nuestra ética, si no podemos basarla en verdades universales morales?

La moralidad ha sido algo exteriormente justificado por tanto tiempo que hoy apenas sabemos como concebirla de otra forma. Siempre hemos tenido que afirmar que nuestros valores proceden de algo externo a nosotros, porque basar nuestros valores en nuestros deseos era marcado de forma negativa por los predicadores de la ley moral (vaya sorpresa!). Hoy todavía sentimos instintivamente que nuestras acciones deben estar justificadas por algo externo a nosotros, algo “mejor” que nosotros (sino es por Dios, es por la ley moral, la ley del estado, la opinión publica, la justicia, “el amor del hombre”, etc.) Fuimos tan condicionados por siglos, pidiéndonos permiso para sentir cosas y hacer cosas, siglos de estar sometidos sin poder basar las decisiones cotidianas en nuestras necesidades, que todavía seguimos obedeciendo un poder superior incluso cuando actuamos en base a nuestros deseos y creencias; de alguna forma, parece mas defendible si tomamos decisiones por sumisión a alguna clase de autoridad que si lo hacemos en servicio a nuestras inclinaciones. Nos sentimos tan avergonzados de nuestras aspiraciones y deseos que preferimos atribuirle nuestras acciones a algo “superior” a ellas. ¿Pero que podría ser mejor que nuestras propios deseos? ¿Que podría proporcionar una mejor justificación de nuestras acciones? ¿Deberíamos servirle a algo externo sin consultarnos nuestros deseos, quizás incluso en contra de nuestros deseos?

Esta pregunta de la justificación es donde tantos “revolucionarios” fallan. Ellos atacan lo que ven como injusto, no sobre la base de que no quieren ver que esas cosas pasen, sino sobre la base de que es “moralmente incorrecto”. Al hacerlo buscan el apoyo de todo el mundo que aun cree en la fábula de la ley moral y llegan a verse a si mismos como servidores de la Verdad. Estas personas no deberían tomar ventaja de las ilusiones populares para hacer sus puntos, debería ser un reto y un cuestionamiento tradicional en todo lo que hacen. Una caso por ejemplo, los derechos animales, lo que se logra en nombre de la justicia y la moral, es un paso hacia delante a cuesta de dos pasos hacia atrás: resuelve un problema mientras reproduce y refuerza otro. ¿De que manera puede servirnos que alguien defienda los derechos de un animal por una vía legal si es la misma ley la que apoya a los explotadores? O si así fuera ¿de qué sirve actuar por los animales explotados olvidándonos de que nosotros mismos somos animales explotados? ¿Qué logramos imponiendo “nuestra verdad” acerca del tema? Debemos actuar en consecuencia. Sabemos que es difícil hacernos cargo de todos los problemas del mundo, por eso debemos comenzar a crear nuestros valores no por que algo nos dicta que las cosas están mal, sino porque nuestra experiencia nos lo hace sentir, ver, oler, degustar y escuchar. Desafortunadamente a causa de siglos de condicionamiento, se siente tan bien sentirse justificado por una “fuerza mayor”, obedecer la “ley moral”, ir aplicando “justicia” y luchando contra el “mal”, que esta gente queda atrapada en su papel de autoridad moral y olvidan preguntarse si la idea de la ley moral tiene sentido en primer lugar. Hay una sensación de poder que viene de creer que uno le esta sirviendo a una autoridad superior, la misma que atrae a la gente al fascismo. Siempre es tentador pintar cualquier lucha como el bien contra el mal, lo bueno contra lo malo, `pero no es más que una simplificación excesiva, es una falsificación: porque eso no existe. Podemos actuar de forma compasiva con los otros por que queremos, no solo porque “la moral lo dicta”, eso lo sabemos. No necesitamos ninguna justificación de arriba para preocuparnos por los animales y los humanos, o para actuar protegiéndolos. Ese tipo de justificación supone que si la ley moral dice que los homosexuales son malos debemos creerlo y ni siquiera imaginarnos tomar como valor la libertad de elección sexual. Entendámoslo, no necesitamos de nadie mas que de nosotros mismos, de nuestras vidas y experiencias para elegir que esta bien y mal. Solo necesitamos sentir en nuestros corazones que es correcto, que es correcto para nosotros, para tener todas las razones que necesitamos. Entonces podemos justificar nuestra manera de actuar en nuestra ética sin basarlo en verdades morales simplemente sin avergonzarnos de nuestros deseos, estando lo suficientemente orgullosos de aceptarlos por lo que son, como las fuerzas que nos impulsan como individuos. Y nuestros propios valores podrían no ser adecuados para todos, es verdad: pero son por lo que tenemos que seguir adelante, debemos atrevernos a actuar sobre ellos mas que desear una imposible justificación mayor.


¿Pero que pasaría si todos decidiéramos que no hay bien y mal? ¿No nos mataríamos entre todos?

Esta pregunta presupone que la gente se abstiene de matarse una la otra solo porque se les ha enseñado que es malo hacerlo. ¿Es la humanidad realmente tan cruel y sanguinaria que todos nos mataríamos y violaríamos si no estuviéramos limitados por la superstición? Me parece más probable que deseáramos llevarnos bien con el otro. ¿No disfrutas ayudando a otros más que lastimándolos? Hoy la mayoría de las personas afirman creer que la compasión y la justicia son moralmente correctas, pero esto ha hecho muy poco para que el mundo sea un lugar justo y compasivo. ¿Será muy raro pensar que el mundo, al poseer inclinaciones naturales a la decencia humana, actúa a favor de esta en vez de creer que la justicia y la caridad cambian el mundo porque es nuestra obligación? ¿Que seria lo que realmente vale la pena, de todos modos, si todos nosotros desempeñamos nuestra “obligación” de ser buenos el uno con el otro, si eso se debe a que estamos obedeciendo a imperativos morales? ¿De que sirve respetarnos porque una ley lo demanda si realmente no sentimos respeto por nada? ¿No significaría mucho mas para nosotros tratarnos los unos a los otros con consideración porque queremos, por que así lo deseamos, en vez de porque nos sentimos obligado a ello?

Y si la abolición del mito de la ley moral de alguna manera causa mas lucha entre los humanos ¿no seria eso mejor que vivir como esclavos de la superstición? Si pensamos en lo que son nuestros valores y como vivir de acuerdo a ellos, al menos tendríamos la chance de seguir nuestros deseos y quizás disfrutar la vida, incluso si tuviéramos que luchar los unos con los otros. Pero si elegimos vivir de acuerdo a las reglas que otros nos imponen, sacrificamos nuestra chance de elegir nuestros destinos y seguir nuestros sueños. No importa que tan suavemente pasemos las trabas de la ley moral, ¿no vale la pena la abdicación de nuestra determinación? Yo no tendría el corazón para mentirle a un ser humano y decirle que se tiene que ajustar a un mandato ético esté o no en sus intereses, incluso si esa mentira previniera una discusión entre nosotros. Por que yo me preocupo por los seres humanos yo quiero que sean libres de hacer lo que es correcto para ellos. ¿No es más importante que la mera paz en la tierra? ¿No es la libertad, la peligrosa libertad, preferible a la esclavitud tan segura, a la paz comprada con ignorancia, a la cobardía y la sumisión?

Además, mira hacia atrás en nuestra historia. Mucho derramamiento de sangre, engaño y opresión ha sido perpetuado en nombre del bien y el mal. Las guerras más sangrientas se han luchado entre oponentes que pensaban que peleaban del lado de la verdad moral. La idea de la ley moral no nos ayuda a llevarnos bien, nos pone en contra uno a los otros, para competir sobre cual ley moral es la “verdadera”. No puede haber progreso real en las relaciones humanas hasta que las perspectivas de todos sobre la ética y los valores sean reconocidas; entonces finalmente empezaremos a trabajar en nuestras diferencias y aprenderemos a vivir juntos, sin pelear sobre la estúpida pregunta de que valores y deseos están “bien”. Por tu propio bien, por el bien de la humanidad, tira a la mierda las nociones anticuadas del bien y el mal y crea tus propios valores! Por vos mismo!
LA MUJER Y EL HOMBRE UNIDIMENSIONAL FRENTE AL MUNDO TRIDIMENSIONAL.
acerca de por qué las abstracciones, normas, y absolutos son un asalto a la humanidad y a la existencia misma.

Unidimensional: aquello que posee una sola dimensión; una línea cualquiera es unidimensional, ya que nos basta un número real para identificar cualquier punto. Es la simplificación de la tridimención la cual posee profundidad, ancho y altura.

La anoréxica y el físico culturista persiguen un ideal que se (los) desmorona enfrente de ellos. Una vez que uno empieza a medirse a sí mismo contra un estándar uni-dimensional, como la delgadez o la fuerza, -demasiado- nunca es suficiente: la meta siempre esta por delante nuestro, sin importar cuan lejos vayamos. Simplemente, estos ideales no pueden ser alcanzados en este mundo. Pero si acaso los seguimos probablemente obtengamos incontables problemas de corazón, depresión y ataques de pánico; una prueba de ello son las olas de suicidios que golpean ferozmente a nuestras estrellas de rock, a las modelos y a los sex símbols.

Es verdad que gente como Arnold Schwarznegger, varias actrices de Hollywood, y otros como ellos son un producto más de las fábricas de esta sociedad competitiva y obsesiva, pero también muchos de nosotros estamos infectados por estos valores. Piensan en nosotros como un enorme ganado lleno de variedades. Todos nuestros juicios, todas nuestras conceptualizaciones del mundo se refieren a “absolutos” e ideales, pensamos asi: Laura es muy linda, pero no tanto como Carla, que no es tan linda como la muchacha que sale en la tapa de la revista; Juan es simpático, pero no tan simpático como el muchacho que fue aceptado en el IUNA, que claramente no es tan inteligente como Albert Einstein ni tan talentoso como Dalí; la porción de alimento gratis de los comedores barriales o del Food not bombs de la huerta orgásmika es un verdadero acto revolucionario, pero no tanto como prender fuego una peletería o una comisaría. Somos pensadores realmente uni-dimensionales. Incapaces de ver la calidad individual o cada acción por lo que es, sin mas. Todo lo comparamos con otras cosas, personas o acciones. Esta es una manera de concebir el mundo muy común, sí, pero no es la única manera, y tampoco es el mejor camino en la mayoría de los casos.

Esta manera de pensar hace que todo sea un concurso, logrando que desatendamos el valor y la importancia única de cada acontecimiento y entidad, poniéndonos a favor del encuentro de un lugar más en la lista de comparaciones. La verdad es que cada ser humano tiene un valor único que lo diferencia de cualquier otro, así como cada una de las acciones radicales son importantes en el acercamiento a la revolución de un modo irremplazable (la cuestión no es que acción es mejor para nuestro fin sino como complementar todas las acciones). Necesitamos una lengua con la cual podamos celebrar por las descripciones únicas, no por las comparaciones. Sin esto, no importa cuan claramente sepamos lo que hacemos, pues deberíamos valorar cada pequeña cosa por el significado que tiene en si misma. Estamos atrapados por las suposiciones de nuestros propios medios de expresión:

“Te amo ", susurra la niña.
"¿Me amas más que a nadie, más que a nada en el mundo?" exige el muchacho.
"Te amo... de manera diferente. Ni mas ni menos, no hay comparación en el amor, el amor en si mismo es lo que se valora. El amor no es sentencia, es único e inigualable, no hay manera de comparar un amor con otro..." - responde ella, pero él ya la ha rechazado.
¿De donde viene esta obsesión por las normas uni-dimensionales? Esto proviene del lenguaje en si mismo: la abstracción esta presente desde el momento en que una palabra es utilizada para representar muchas experiencias diferentes e individuales. Cuando decimos “la luz del sol” o “la lluvia” pareciera que estamos refiriéndonos a algo concreto que existe en un lugar del mundo pero en realidad estas palabras contienen multitud de sensaciones y experiencias por el hecho de estar relacionadas a determinados momentos o situaciones de nuestras vidas. La comunicación es una parte necesaria del ser humano, pero es fundamental que cada uno de nosotros recuerde que ninguna palabra o concepto puede capturar la profundidad infinita y la complejidad de los instantes de nuestra vida.

El nacimiento de la civilización occidental, que se basa en un pensamiento dimensional, se produjo en la antigua Grecia, cuando Platón tomó la abstracción de la lengua y la llevo un paso más allá. Platón declaro que nuestras abstracciones están referidas a un mundo “superior” de ideales en los cuales "el coraje", “el honor" y “la justicia" existen en su forma pura; al hacer esto, puso todo de cabeza, colocando nuestras amplias generalizaciones antes de las experiencias sugiriendo que estas ultimas son de poca importancia, irrelevantes. Paul, el fundador del cristianismo, amplió esta filosofía en el mundo de la religión: Lo "ideal" existía en el cielo y la tierra era solo una defectuosa imitación, el cuerpo algo sucio.

En aquel entonces, las ideas y doctrinas solas no eran suficientes para doblegar la experiencia humana ante el sistema de “absolutos”. Contra la sabiduría de la experiencia corporal, en la cual se encuentran las calidades únicas de cada entidad y acontecimiento, estas eran impotentes. Pero lentamente, se hizo posible hacer cumplir la doctrina del ideal sobre el mundo de percepción diaria.

Se inició con el fin del sistema de trueque, y el comienzo de la subdivisión del tiempo. De repente, todo tenía un cierto valor, y el día se dividió en segmentos medidos. El tiempo y el valor realmente no pueden ser medidos - el hombre que realmente ha vivido sabe que el cronómetro no puede capturar el modo en el que el tiempo vuela cuando está en la cama con su novio, o como las horas parecen eternas cuando esta en el trabajo, agobiado y aburrido. Él sabe que las mejores y las peores cosas en la vida no pueden ser "merecidas", ni hablar de valoradas. Cada momento de nuestra vida es invaluable, es atroz intentar ponerle precio a una noche de charlas entre cómplices o a una tarde donde la brisa acaricia nuestro rostro de manera suave y amorosa. Sin embargo con la economía de cambio la gente fue forzada a medir de alguna forma todo, inclusive a ponerle un valor monetario al tiempo.

De pronto, todo estaba medido y calibrado, en orden: la talla de la vestimenta de mujer, por ejemplo. Hasta finales del siglo XIX, la vestimenta de la mujer estaba hecha a mano, por cada mujer. Así, Cada mujer poseía distintas cualidades personales y era vista como única, no como un numero de talla (“tu eres talle 6, yo soy 8”). Habla mucho de nuestras erróneas concepciones que en las últimas décadas el ideal perfecto de mujer se haya descrito numéricamente (el famoso 90-60-90) así como todo aquello que varía de este ideal platónico pasa a ser inferior a la hermosura. Actualmente las mujeres ocupan una escala de valores en función a su peso. Algunos luchan contra escalas estandarizadas cada mañana, con la esperanza de que el número sea menor por lo que su valor en la sociedad será mayor.

Por ultimo las marcas terminaron de reducir la verdadera complejidad del mundo a la simplicidad vacía de meras abstracciones.
En el pasado, los seres humanos tenían jardines, en aquellos días, cada fruta u hortaliza era única. Ahora nuestra alimentación es científicamente diseñada para la uniformidad total, y viene con una marca y un código que la identifica y representa: los supermercados de marcas genéricas aplican el pensamiento platónico de la abstracción explícitamente. Identificando productos como las bananas, dependiendo su calidad, como “calidad inferior” para la gente de bajos recursos o como "orgánicos" o de “calidad superior” para los ricos o los consumidores eco-elitistas.

Aquellos que se resisten a estos intentos de doblar el mundo real a la estreches del mundo conceptual a menudo caen en las mismas prácticas. El mundo de la teoría política está plagado de abstracción y de pensamiento uni-dimensional. Muchos se hacen a través de la infancia con la capacidad de apreciar los detalles insustituible de la vida, luego simplemente dejan esto para caer ante la enfermedad de idealizar y generalizar cuando comienzan a leer la teoría y la tentativa de formar un "análisis" de la vida: sus impresiones y emociones se convierten en una ideología, en donde sus luchas y objetivos, que algunas vez tuvieron que ver con personas reales, se transforman por completo junto con su visión de la realidad. Comienzan a ver a las personas como simples piezas de un juego, en una guerra de símbolos.

En última instancia, la búsqueda de “los ideales" que no pueden ser logrados en este mundo, constituye un rechazo al mundo, al verdadero mundo, como así también a la vida misma. Esto queda demostrado con el destino triste de los físicos culturistas y los anoréxicos que toman sus metas (“lo ideal”) incluso al extremo, aunque esto los lleve a la tumba. Estamos tan acostumbrados a denigrar este mundo, diciendo que es un lugar jodido y horrible comparándolo con nuestro “mundo ideal y perfecto” que logramos boicotear el crecimiento de nuevos mundos reales dentro de este. Una resolución realmente radical debería abrazar la existencia tal como es, como la única cosa que importa, proclamar que este mundo en sí mismo es el cielo, hecho para nuestro placer total... y luego, preguntar: ¿Qué hemos estado haciendo mal todo ese tiempo?

Al hacerlo, finalmente debemos aceptarnos a nosotros mismos tal y como somos, en toda nuestra diversidad y variedad, y liberarnos de la sombra del falso cielo de Platón y las agencias de publicidad, donde lo "real" supuestamente reside en la belleza ideal. Ya liberados totalmente de las normas del cristianismo que dicen que el mundo es un lugar de paso o un sitio de prueba antes de llegar a una instancia mejor (“el paraíso ideal donde viven solo los hombres ideales”) podremos hacer de este mundo, el único que tenemos, todo el paraíso que podemos desear en el cual los conceptos de belleza, dignidad y magnificencia surjan por si solos (en caso de que tales conceptos existieran).

Sólo si reconocemos la belleza del mundo y de la vida
sin negar ninguna de sus formas, podremos ver la nuestra.

-Me quité el maquillaje y el vestido, me mire a mi misma en el espejo del baño del avión. Lo que vi fue algo que sólo había visto en los ojos de mis amantes: las curvas y las texturas de mi piel, las cicatrices y los tatuajes pintaron un cuadro ante mí, recordándome una vida de aventuras salvajes y extremas. Contándome una historia más conmovedora y emocionante que cualquiera que me hayan contado los libros o las películas. Vi que era hermosa, la belleza había encarnado en mí como un gran barco lleno hasta la proa de luchas, triunfos y anhelos. Fue un momento brillante, tuve confianza, como si lo hubiera sabido siempre a pesar de toda la miseria que se había preparado para mí. Y, por una vez, sentí que podía vivir una vida heroica y grandiosa, así como podía morir en el sucio e inundando campo de batalla. De una manera u otra; hermosa, como hojas de laurel o como espinas de rosa.-
VEGANISMO

Sinceramente veo una falla tremenda en la mayoría de los debates sobre veganismo (sobre todo en el mundillo hardcore o alternativo), esa falla se debe al contexto económico. Por lo general, la cuestión de la opresión animal es abordada sólo en términos de compasión: bandas como Earth Crisis nos quieren hacer creer que los animales son explotados y destruidos simplemente porque los vemos como infrahumanos o bien, que estamos dispuestos a abusar de ellos, a fin de satisfacer nuestra codicia. Sospecho que el problema va mucho más allá de la mera crueldad y la avaricia. La opresión de los animales es sólo un poco más evidente para nosotros porque se trata del asesinato de seres vivos, pero no se trata solamente de los animales que han sido esclavizados y transformados por nuestra sociedad, es todo lo que hay en nuestra sociedad, incluidos nosotros mismos. Sin una comprensión de cómo y por qué nuestros sistemas socio/económicos nos impulsan a tratar de dominar y de explotar todo, no vamos a ser capaces de cambiar el mundo de tal forma que los animales sean tratados con el respeto que merecen. El capitalismo nos obliga a evaluar nuestro medio ambiente y el de los demás de acuerdo al valor del mercado. Bajo el sistema capitalista, todo hombre ve utilidad en los animales tal como ve que la gente a su alrededor puede servirle como recurso económico para competir con otros. Todo se convierte en un juego justo para la explotación, porque si usted no explota algo en la carrera para ganar la delantera en el mercado libre ("intercambio de bienes y servicios"), alguien más se aprovechara de ello, y muy posiblemente lo utilice para explotarlo a usted. Los que se han dado cuenta de esto no tienen miedo de explotar a los animales (o a las personas) o de tratarlos como objetos, porque creen que la alternativa a ser tratados como objetos y explotados por otros es justamente hacérselo a los demás (explotar o ser explotado). De esta manera, el capitalismo nos pone unos contra otros siendo participes directos en la destrucción del medio ambiente.

Cuando camino por los pasillos en el supermercado, buscando en todos los productos que hay en venta, quizás incluso puedo decir cuáles son los que están fabricados a partir de la explotación animal, pero no puedo decir cuáles son -si los hubiera- los que se fabrican sin explotar a nadie ni a nada. Ese es uno de los mayores inconvenientes que tenemos con nuestra economía actual: por el momento el producto ha llegado a usted, es prácticamente imposible saber quién lo hizo, cómo se hizo, lo que se hizo antes con el, o lo que ha sido antes. Papel higiénico, latas de porotos, y todos los zapatos atléticos se exhiben en las estanterías junto con cientos de productos idénticos y a la vez distintos, parece como si salieran del aire, por lo que es una agobiante lucha localizar algún producto original, o siquiera saber de donde proviene alguno de estos. Pero hay algunas cosas que sí sabemos, incluso si no podemos investigar la historia de vida de cada uno de los paquetes de fideos que provienen de otros países, sabemos que hay trabajadores inmigrantes en este país que están mal pagados y maltratados, hay empresas (como Pepsi) conocidas por apoyar a los gobiernos totalitarios que destruyen sin piedad a la vida humana, hay fabricantes de zapatos (como Nike) que someten y maltratan a los trabajadores extranjeros, hay empresas (como Exxon) cuyas políticas han hecho un terrible daño permanente al medio ambiente. Así que me parece totalmente absurdo pensar que simplemente evitando productos de origen animal estamos generando una resistencia a la explotación. Hay miles de otras formas de opresión, tan indignantes como la explotación animal, que mantienen a las ruedas de inflexión de nuestra economía, y no hay razón alguna para despreocuparnos de ellas.

Me parece que la solución a largo plazo a este problema no es sólo comprar comida vegana o utilizar productos libres de crueldad animal. Si queremos cambiar las condiciones que han provocado la destrucción generalizada y la explotación que caracterizan a nuestro mundo actual, debemos trabajar en pro de una revisión completa de nuestra economía, tenemos que de alguna manera escapar del círculo vicioso del capitalismo. La única manera de luchar contra el capitalismo es socavar su hipótesis; la cual sostiene que la felicidad es poseer bienes (“el que muere con más juguetes gana"), que no hay manera realista de trabajar con otros sino que se debe competir unos contra otros o que la única alternativa es un sistema económico proveniente de algún tipo de esclavitud (como la ex URSS comunista). Si estas suposiciones son falsas, lo que no es difícil de imaginar, entonces debería ser posible para nosotros crear un modelo diferente de economía y un mundo diferente al fin. Si la gente comenzara a concebir la felicidad como la libertad de hacer las cosas en vez de tener cosas, si decidieran que les gusta mas ser generosos que ser egoístas, si pudiéramos imaginar que es posible crear una sociedad en la que trabajáramos juntos para el bien de todos y no de unos pocos y, sobre todo, si a todo eso incluyéramos el cuidado del medio ambiente por nuestro propio bien y el de cada uno de los seres del planeta, el capitalismo en definitiva quedaría totalmente destruido.

En el ínterin, en lugar de practicar veganismo, yo prefiero practicar "freeganism"[1]. Sé que desde que tengo que participar en la economía formal, comprando o no, productos veganos, sigo apoyando a la empresas que representan el capitalismo mundial. Así que, en lugar de sólo comprar productos libres de sufrimiento animal, trato de comprar la menor cantidad de productos posibles en general. He escrito sobre esto en números anteriores del Inside Front zine: es posible, a través de ahorros, creatividad, recolección urbana y proyectos como el de Food Not Bombs[2], sobrevivir sin contribuir mas que con una cantidad mínima de dinero o mano de obra a la economía convencional. Todo lo que puedo obtener de forma gratuita es un ataque contra el sistema capitalista, mientras que la compra de comida vegana empaquetada en cajas o de productos como la coca cola que no posee ningún aditivo de origen animal sigue poniendo dinero en manos de los opresores. Estamos en contra de la explotación animal pero también de la explotación de cualquier corporación. Yo trato de vivir fuera de cualquier tipo de consumismo, intentando evitar los productos de origen animal cuando me es posible, pero sobre todo concentro en mantener mi dinero y mi mano de obra fuera de las garras de los capitalistas. Eso es una bomba en la cara de la economía, que es la gran responsable de la opresión de los animales y de los seres humanos y de la destrucción del medio ambiente. Opresión y destrucción que continua y crece gracias al aporte cotidiano de los consumidores (gastos innecesarios en ropa de moda, por ejemplo), esto por lo general no es un tema discutible entre las internas del veganismo, se cree que si no se explotan animales para la fabricación de un producto, no es un problema. Sin embargo, los engranajes del capitalismo, aquellos que aceitamos a diario con nuestro dinero, nuestro consumo y nuestro trabajo, son los mismos engranajes que hacen mover la gran cierra que troza a nuestros amigos no-humanos. Es por eso que me parece ridículo que tantos activistas veganos, bandas como Earth Crisis y todas las demás que toman su mensaje, estén dispuestos a perpetuar la moda en el hardcore mediante la venta de mercancías hablando de la crueldad del humano hacia el animal en lugar de criticar el consumismo en general, ignorando por completo las causas reales de la opresión humano-animal.

Hay muchas cosas positivas en el veganismo, por cierto. En primer lugar, la negación al consumo de todo aquello proveniente de otros seres sensibles. Eso mismo, nos relaciona de manera diferente con los alimentos que comemos: nos hace considerar de dónde vienen y que hay en ellos, lo cual es mucho mejor que meter en nuestro cuerpo alimentos que desconocemos totalmente, y es probable que también te hagan a la larga un mejor cocinero! Y, por último, se trae a colación la cuestión para todo el mundo. Cuando usted no come los alimentos a menos que sepa de que esta hecho, de donde viene, etc, logra que la gente a su alrededor piensen por sí mismos sobre lo que está en su comida y en la forma en que llego hasta allí. De esta manera, el veganismo es mucho mas útil para la humanidad que muchas de las militancias políticas o que muchas de las figuras rocker/revolucionarias del momento: Es decir, plantea cuestiones importantes en la vida cotidiana y logra que la gente se comience a preguntar sobre cuestiones que hemos olvidado gracias a la comercialización feroz que sufrió ya hace un largo tiempo nuestra alimentación.

[1] Freeganism o freeganismo es un estilo de vida anti-consumista que se ha empleado en las últimas décadas por grupos reducidos de personas y consiste en crear estrategias alternativas socioeconómicas basándose en la participación limitada en la economía convencional y en el mínimo consumo posible de recursos.

[2] Food Not Bombs: (Comida, no bombas) es una red de colectivos independientes, que sirven gratuitamente comida vegana y vegetariana a otras personas y que están ubicados en varias partes alrededor del mundo, principalmente en occidente. La ideología de Food Not Bombs proclama que gran número de las prioridades de las corporaciones y del gobierno están enfocadas de tal modo que permiten la persistencia del hambre en medio de la abundancia. Para demostrar esto (y reducir gastos), una gran cantidad del alimento servido por el grupo es el sobrante de supermercados, panaderías y mercados que de otra manera iría a la basura.

ACERCA DEL LAVADO… EL LAVADO DE CEREBRO

“Lo mas característico de los restos del Ché Guevara era la suciedad. El nunca se bañaba, lo odiaba. Era repugnante y mugriento, incluso estaba por debajo del estándar de limpieza que prevalecía entre las fuerzas de Castro en Sierra Maestra. De vez en cuando, el Ché tomaba algunos de sus hombres y los llevaba a un arroyo para que pudieran asearse. En esas ocasiones el nunca se bañaba ni lavaba su ropa, solo se sentaba en algún banco a mirar a los demás. Era realmente increíble y excepcionalmente sucio.”
Calumniosa descripción del Che Guevara extraída de un expediente de la CIA- año 1958

me sorprende escuchar a la gente quejarse a menudo por los que hoy en día hacen llamarse “hippies” o “crusty punks”, sobretodo en gran parte de los espacios alternativos o circuitos under,
Escucho decir cosas como “ya vinieron los roñosos a llenar de olor el lugar”. Mientras yo me pregunto ¿Que es lo que estas personas intentan transgredir con esta rebelión anti-ducha? Lo que está claro es que tienen una visión diferente a la nuestra de lo que significa “limpieza”.
Por eso, antes que nada veamos de donde vienen nuestras ideas acerca de la limpieza: La civilización occidental tiene una larga historia de asociación entre la limpieza y la bondad o la “pulcritud espiritual”, cuestión que se resume claramente en la vieja expresión "la limpieza viene de la mano de la santidad".
En la antigua Grecia, había cantidad de “espíritus del mal” llamados –las Furias-; gente que estaba vista a menudo como sucios. Las Furias eran sucios, ancianos y mujeres, exactamente lo contrario a la forma en que el dramaturgo se describe a si mismo; su suciedad, entre otras cosas, los identificó como un grupo marginal exótico, de animales e inhumanos. Con el tiempo, la limpieza se convirtió en una medida con la que los que "tenían" debían estar separados de los que "no tenían". Aquellos que poseían la riqueza y el poder necesario para tener el placer de permanecer sin esfuerzos, inactivos, despreciando a los campesinos y viajeros cuyos estilos de vida implicaban usar sus propios cuerpos, los cuales, obviamente se ensuciaban a diario. A lo largo de nuestra historia, podemos ver que la limpieza se ha utilizado como un estándar de valor por los que tienen el poder de atribuir la situación social-y, por lo tanto, el "Dios", el auto-proclamado santo que está por encima del resto de nosotros en la sociedad jerárquica. Que proclamó su limpieza, comprada con el trabajo de los que se ven obligados a trabajar para el, en una expresión de su superioridad. Hasta el día de hoy, aceptamos esta creencia tradicional: "lavarse", de acuerdo a las normas sociales, es lo mejor que uno puede hacer por uno mismo.
Debido a lo que claramente se ve en la historia de nuestras ideas acerca de la "limpieza", toda persona que es crítica de los valores dominantes, cualquier radical o punk, debería sospechar de el gran valor que se asigna a ser "limpio", de acuerdo a las normas tradicionales. Además, ¿qué es exactamente ser "limpio"?
En estos días, la limpieza se define más por la venta de las empresas de "productos de saneamiento" que por lo que suceda realmente con las personas. Esto es importante y para tener en cuenta. Ciertamente, la mayoría de estos productos tienen una extraña habilidad para eliminar, a través de la suciedad (química, sintetiza, no-natural), la suciedad natural del hombre/mujer. ¿Es esta la limpieza de la que hablamos, la que constituye la única forma aceptable y necesaria de saneamiento? Me asusta la idea de vivir exponiendo mi cuerpo a estos productos artificiales por el solo hecho de tener un poco de polvo, lodo, o sudor, o en el peor de los casos (dios me salve!) manchas de comida o de sangre en la camisa.
La idea de que es conveniente utilizar productos
químicos (ya se trate de desodorante, detergente o champú) para erradicar la suciedad orgánica tiene algunas implicaciones aterradoras. En primer lugar, se apoya a la vieja superstición cristiana de que el cuerpo biológico es vergonzoso y debe ser ocultado. Que nuestro cuerpo (y toda nuestra existencia) en el mundo físico, como el del resto de los animales, es intrínsecamente repugnante y pecaminoso. Esta idea fundamentalista se ha utilizado para mantenernos inseguros y avergonzados, y, por lo tanto, a merced de los sacerdotes y otras autoridades, que nos dicen cómo llegar a ser "puro": ayer, mediante la presentación de sus santos y la negación de nuestro propio cuerpo, y hoy, gastando grandes cantidades de dinero en productos que ellos mismos tienen listos para nosotros. Además, como el capitalismo transforma todo el mundo, desde lo orgánico (bosques, pantanos, desiertos, ríos) a la inorgánico (ciudades de hormigón y acero, en las afueras de asfalto, baldíos que han sido despojados de todos los recursos naturales, vertederos de basura), también sostiene la idea “transformadora” de que hay algo más valioso acerca de los productos químicos para el síntesis natural de la suciedad; esto es que esta transformación en si misma podría ser en realidad algo muy positivo para la humanidad… Y, por lo tanto, esto implícitamente justifica el lucro y la destrucción de nuestro planeta.
En realidad, estas empresas están más relacionadas con la venta de productos que con nuestra salud y limpieza actual. Así, utilizan el gran valor que tradicionalmente han colocado en el saneamiento en lo que refiere a vendernos todo tipo de productos en el nombre de la limpieza… que por cierto, vaya uno a saber cuales son los efectos a largo plazo que el uso de estos mismos traen a nuestro cuerpo. Ciertamente no les importa. Si estuviera comprobado que a largo plazo el uso de sus jabones super perfumados o su champú de alta tecnología, nos traen algún efecto colateral , seguramente nos venderían con sumo gusto otro producto con sofisticadas soluciones medicas (entiéndase crema de enjuague que elimina la caspa creada por algún otro producto, detergente que no estropea las manos, desodorante que no irrita la piel, etc.) manteniendo en movimiento las ruedas de la economía capitalista y la vergüenza sobre nuestros cuerpos (como los sucios e indeseables productores de sudor y fluidos naturales que somos), sin olvidarse de todas aquellas ventas que, al igual que lo anterior, dependen de nuestra inseguridad: productos “Light”, artefactos para “ejercitar” el cuerpo, ropa de moda y demás. Por eso cuando aceptamos su definición de "limpieza" estamos aceptando su dominación.
Incluso estando de acuerdo acerca de la dudosa naturaleza de los actuales productos de saneamiento, la mayoría de la gente hoy en día todavía sostiene que el saneamiento es aún más saludable que la inmundicia. En cierta medida esto es cierto. Probablemente sea una buena idea lavar tus pies si pisaste mierda. Pero, aparte de los casos evidentes como ese, hay miles de diferentes puntos de vistas acerca de lo que es limpio y lo que es sucio en todo el mundo, si uno se fija en las diferentes sociedades y civilizaciones, se encuentra con prácticas de salud que parecen suicidas al lado de nuestras normas de saneamiento. Y, sin embargo, estas personas sobreviven tan bien como nosotros. Personas en África unos pocos cientos de años atrás vivían cómodamente en un ambiente natural, que destruyeron luego los pulcros y muy pulidos exploradores occidentales que llegaron a su continente. El ser humano puede adaptarse a una gran variedad de ambientes y situaciones, y parece que la cuestión de, qué tipo de servicio de saneamiento es mejor, al menos, depende de las normas biológicas establecidas por la mayoría. Intentá violar algunas de las normas de saneamiento Occidental algún tiempo, y verás que estar unas semanas sin darte una ducha o salir a comer de los tachos de basura no son cosas realmente tan difíciles o peligrosas como nos han enseñado.
Tal vez la pregunta más importante cuando se trata del inusual valor que le damos a la tradición de la "limpieza" es: ¿qué estamos perdiendo al aceptarla? Pensalo una vez, antes de que reemplacen nuestros aromas naturales con productos químicos. Puesto que, cada uno de nosotros tiene un olor único. Estos olores nos llevan a otros y nos vinculan entre sí a través de la memoria y de la asociación. Ahora, si asocias el aroma de un hombre con el amor, es probablemente su colonia (idéntica a la colonia de miles de otros hombres) lo que estas sintiendo, y no su propio aroma. Y las feromonas naturales que, una vez comunicadas entre sí, desempeñaron un papel importante en nuestra sexualidad, ahora son completamente asfixiadas por la normalización de los productos químicos. Ya no sabemos lo que es ser puro o lo que es tener el perfume natural de los seres humanos, que huele como verdaderos seres humanos. ¿Quién sabe lo mucho que podemos haber perdido a causa de esto? Los que me encuentren repugnante por disfrutar el aroma y el sabor de mi amante cuando ella no se ha bañado, cuando huele como un verdadero ser humano, son probablemente los mismos que se estremecen con la idea de extraer un vegetal de la tierra para luego comerlo en lugar de comer el plástico-envuelto con el que hemos sido criados y alimentados desde niños. Hemos llegado a acostumbrarnos tanto a nuestros electrodomésticos, a la tecnología y a toda la ingeniería existente que ya no sabemos lo que podría ser de nuestras vidas si, de un día para otro, todo eso desapareciera.
Así que intentemos ser un poco más abiertos de mente cuando estemos frente a la gente que toma la “no-limpieza” como protesta frente a un sistema diseñado para alienarnos. Tal vez sólo huelen mal para vos, porque vos nunca tuviste la oportunidad de descubrir lo que es un verdadero ser humano, con todos sus olores. Tal vez podría haber algo que valga la pena en ser "sucios”, algo que no notaste antes. La moraleja de esta historia contiene la base de todas las historias anarquistas: aceptar sólo las normas y valores que tengan un sentido y realmente son de interés mayor. Obtener lo mejor para uno y no permitir que nadie nos imponga lo contrario, más bien, esforzarse para entender las opiniones procedentes de otros, y evaluar así sus acciones por sus propias normas, no por las normas generales.
LA DOMESTICACIÓN DE LOS ANIMALES Y DEL HOMBRE

“Todos ustedes no sólo han alterado a sus primos alados y a sus hermanos de cuatro patas; también lo han hecho con ustedes mismos. Ustedes han cambiado a los presidentes del congreso, a los oficinistas, a los del tiempo. Ustedes han convertido a sus mujeres en amas de casa, criaturas verdaderamente temerosas. Me invitaron una vez a la casa de una; -Mire las cenizas, no fume, usted manchará las cortinas. Mire la pecera del pez dorado, no incline su cabeza contra el papel pintado su pelo puede estar grasiento. No derrame el licor en esa tabla: tiene un delicado acabado. Usted debe limpiar sus zapatos antes de entrar; el piso acaba de ser barnizado. No, no, no, usted está loco-
Ustedes viven en las cárceles que han construido a su medida, las llaman hogares, oficinas y fábricas.”
- John (Fire) Lame Deer and Richard Erdoes, Lame Deer Seeker of Visions. New York: Simon and Schuster,
1994 [1972], 121.-


A lo largo de la historia de la civilización occidental la relación de los seres humanos para con otros animales nunca ha sido especialmente "civil”. La convivencia que alguna vez fue fácil, cuando la humanidad se volvió más organizada y tecnológicamente desarrollada, rápidamente se convirtió en una relación de dominación y explotación. En los últimos años, activistas de los derechos de los animales han atraído la atención internacional con el trato y las condiciones de vida de los animales en granjas industriales, zoológicos, circos y laboratorios, un debate serio pero al que aun le falta abarcar la vida de los animales que existen en un ambiente similar pero mucho más cerca de casa - la vida de los animales domésticos, las mascotas que tenemos en nuestros propios hogares-. Llevamos a cabo un examen de la vida de nuestras mascotas que revela que ellos también son explotados en su relación cotidiana con los seres humanos; pero eso no es todo, también revela algo sobre nosotros mismos.
Seguramente hay muchos felices y bien adaptados animales domésticos que logran llevar una vida que, a su entender, es excitante y satisfactoria. De la misma manera, la historia nos demuestra que los seres humanos en las peores condiciones, incluso durante períodos de sufrimiento y abominación como el Holocausto a menudo han logrado disfrutar de la vida, enamorarse y hacer amistades, para encontrar significado en su vida diaria y en su existencia; para la cual el ser humano es resistente y duradero, y al igual que todos los animales se adapta de la mejor forma posible para sobrevivir y prosperar en cualquier situación. Por lo tanto, el hecho de que muchos animales (humanos o no-humanos), para el caso, son felices en nuestras casas no es razón suficiente para dejar de lado una consideración de lo que significa la vida domestica-da.
Veamos el contenido habitual de la vida de los animales domésticos de hoy. Comienza la vida, para la mayoría de ellos en lo que se remite a, en términos humanos como, un "hogar roto". Cachorros, perros y gatos son habitualmente sustraídos de la compañía de sus madres y hermanos en una muy temprana edad para ser sometidos a un ambiente ajeno, sea esto una tienda de animales atestada y caótica o la casa de su nuevo propietario. Muchos de ellos son maltratados y abusados (no es nada raro ver perros, gatos o loros con fobia a los hombres como consecuencia de haber sido maltratados por estos últimos en su juventud) y muchos más aun quedan huérfanos. La mayoría de las veces cuando los animales domesticados se reproducen es considerado como algo molesto e imprevisto por sus propietarios humanos, y los hijos no deseados son tratados en consecuencia. Considere lo difícil que es para los jóvenes, hombres y mujeres que crecen en "hogares rotos” o en una agencia de adopción / reformatorio, ser feliz y tener confianza en sí mismo y verá claramente lo difícil que debe ser crecer para los animales domésticos hoy en día.

Pero una infancia difícil es sólo el comienzo de una vida difícil y antinatural para estos gatos, loros o hámsteres. Pues no sólo son los entornos (es decir, jaulas, pequeñas cajas de cristal, departamentos de 2 o 3 ambientes, casas con control climático, y - en el mejor de los casos - algún patio trasero con el césped y los arbustos recortados) los cuales difieren drásticamente de aquellos para los que la naturaleza los preparó, también el papel que cumplen en la vida de los seres humanos es algo antinatural ya que no poseen el control de su propio destino. La mayoría de los seres humanos que tienen una mascota mantienen una relación de posesión respecto a los animales como si fueran, de alguna forma, juguetes en vez de seres vivos que sienten. Eso parece como una injusta acusación, pero examina la relación que tienen generalmente estos seres humanos con sus animales, y los fundamentos sobre los cuales los retienen, sugiriendo tener todo el derecho a ello ya que los cuidan, asean y alimentan. Bien, ciertamente, estos dueños intentan prever las necesidades de los animales y, a menudo, les dan afecto, pero el papel fundamental que desempeñan estos animales en los hogares y en la vida de esta gente es nada más y nada menos que el del entretenimiento. Y, en algunas ocasiones, sustituto de la familia y amigos también. Es decir, los animales son retenidos por los seres humanos con la expectativa que traerán una cierta clase de diversión, y quizás el amor, en las vidas de sus dueños. Su papel no es ser animales, es decir; buscar ratones, volar al sur para el invierno, perseguir alces, afilar sus garras donde ellos crean adecuado, marcar territorio con la orina o reproducirse naturalmente. Mas bien, se espera que sean bufones o cortesanos modernos en el hogar occidental.

Las ramificaciones de esta relación entre los animales y los seres humanos son muchas, pero podemos ver que este acuerdo no beneficia justamente a los animales si tenemos en cuenta los "ajustes" que habitualmente hacen los seres humanos a sus mascotas para que estas puedan cumplir sus funciones de manera más eficaz. Los gatos son el ejemplo más evidente: sus propietarios los castran y desungulan rutinariamente para que cumplan sin problemas su función de juguete bien amaestrado. Tener y usar garras es una parte básica y hermosa de ser un gato; un gato sin sus garras es como un humano sin dedos: Puede acostumbrarse a la situación, e incluso saber como disfrutar de la vida a pesar de la alteración, pero desde ese momento algo faltará en su vida para siempre.

Del mismo modo, hay quienes dicen que la esterilización es humana y hace la vida más sencilla para estos animales, a estos preguntaremos ¿simplificarían parte de su aparato reproductor con tal gusto como lo hacen por sus mascotas siendo esto tan beneficioso y tan “humano”? La esterilización afecta algo más que la vida sexual de los animales; cambia su equilibrio hormonal, modifica la personalidad. Un gato esterilizado a menudo engordará, se volverá más lento, y desanimado. Esterilizar a los gatos o a los perros es una manera cómoda y fácil de tener una mascota puesto que ya no se reproducirá, ni se le caerá tanto el pelo, ni se verá escuálido y feo, claro, todo esto a costo del goce animal. Para usted una gata en celo frustrada puede no parecen estar disfrutando mucho de la vida, pero si le quita el único deseo que tiene ¿cuál será el significado de su vida? acabado con sus inclinaciones naturales extraídas quirúrgicamente o frustrado por un ambiente muy diferente para el cual la naturaleza lo diseñó, el gato esterilizado se volverá aburrido, desanimado, y grasoso, con lo cual comer el alimento que su
amo le proporciona será su único
estimulo y placer.

La mayoría de nosotros puede recordar seguramente sin ningún esfuerzo haber visto algún animal obeso, patético y desequilibrado por obra de su amo. Estos animales son las víctimas de la relación de explotación que existe hoy entre los seres humanos y los animales domésticos. Contenidos como simples juguetes, comiendo el alimento estandarizado que sale sin ningún esfuerzo de una caja, viviendo en casas y barrios hacinados que nada se comparan con el entorno natural. Ahora no te sorprendas si los notas débiles y sin energías, es que están muy lejos de ser animales apasionados y salvajes. Y aun con posibilidades de ser sanos y autosuficientes siguen siendo obligados a la humillante dependencia de los hombres y mujeres que no quieren, ni permiten, ni pueden darle la oportunidad de satisfacer sus vidas.

Esto no quiere decir que cualquier alternativa a la domesticación sea verdaderamente viable. El "mundo exterior" no es el lugar adecuado para que se ejecuten en el medio silvestre o se reproduzcan; los habitas naturales, para aquellos animales que podían adaptarse de nuevo a ellos, han sido alterados más allá de todo reconocimiento por la contaminación y otras fuerzas. El nuevo entorno mundial emergente con sus excavaciones en los campos de asfalto, los bosques de acero, y los acantilados de hormigón, es sólo hospitalario para las palomas y las cucarachas. En comparación con la vida en el "mundo exterior", la vida domestica es el menor de los males para los gatos y demás.

Y esto es lo más trágico de esta situación: no hay salida del mundo tecnológico sobre-organizado que hemos creado; ninguna salida para los animales o los seres humanos. Es que no hay mucha diferencia entre la domesticación de los animales y la del hombre. Nosotros, con esas jaulas modernas, cajas de zapato y peceras a las que llamamos apartamentos, no estamos exentos del problema. Compramos también alimento estandardizado y en caja para comer en McDonalds, alimento muy diferente al alimento que nuestros antepasados comían. Tampoco podemos encontrar salida para nuestros impulsos espontáneos, “salvajes”, estamos castrados y desungulados mientras seguimos viviendo en ciudades encogidas y suburbios hacinados bajo obstáculos legales y restricciones culturales. Nosotros tampoco podemos vagar lejos de nuestras perreras, porque estamos de 8 a 12 hs en nuestros puestos de trabajo para poder pagar las cuentas o porque las fronteras políticas no lo permiten. ¿Y si vagáramos lejos, qué encontraríamos? ¿Bosques, selvas, llanos salvajes, barrancas majestuosas? No, Estos van rápidamente desapareciendo a medida que trabajan día y noche para envolver nuestro mundo en una piel de hormigón, para asegurarse de que toda la hierba se riegue por aspersión y que todos los pantanos sean drenados y que los llanos se conviertan en espacio de oficinas. Y todo lo que no se transforme en grandes jaulas o casas-peceras para que nosotros vivamos, seguramente lo inutilizaremos con la contaminación, mientras no reconsideremos y reorientemos nuestras acciones a gran escala.

Tal vez podemos aprender sobre nosotros mismos del ejemplo de nuestras propias mascotas. Puede ser que hagamos bien en aprender de ellos que la felicidad verdadera no consiste simplemente en prever el alimento, la salud física, y la seguridad. La solución al problema de la pobreza emocional de la vida de los animales domésticos, y para los seres humanos, evidentemente no es simple. Tenemos que empezar por volver a evaluar lo que la vida debe ser para los seres humanos y para los animales por igual, y lo que nuestra sociedad debe ser en general, para que nuestras vidas puedan ser significativas y satisfactorias. No hay tiempo que perder, ya hemos criado perros que no saben cómo sobrevivir sin cadenas, pronto puede que no haya ninguna vuelta atrás para nosotros.
UNA MIRADA DETRÁS DE ESCENA

Todo el mundo sabe cuan estúpidos e inútiles son muchos programas de televisión. Está claro que pasando una hora frente a la pantalla nos podemos dar cuenta fácilmente que los noticieros, los programas de entretenimiento y las publicidades están diseñadas/os para los niveles de común denominador mas pobres en gusto, inteligencia y critica. En definitiva, ya es un cliché para las nuevas generaciones saber que la tele es entretenimiento sin sentido. Sin embargo, la mayoría de la gente realmente no ve esto como algo negativo o malo. Todo lo contrario, muchas veces se asume que al ser “entretenido” da un descanso a las facultades críticas y creativas. Al fin de cuentas, parece ser que en una sociedad que no toma en serio nada que no venga del plano profesional en cuanto a producción, paradójicamente es natural gastar el tiempo libre de la manera menos productiva posible, explicándose con eso de que ser critico o creativo es demasiado agobiante.

Ahora bien, los efectos negativos de mirar demasiada televisión son mucho más complicados de lo que parecen ser a primera vista.
Nuestra dependencia de la televisión y de los demás homogeneizados medios de comunicación oficiales ha logrado mantenernos (pseudo) entretenidos e (des) informados en el plano económico-social como también en todo tipo de temas personales. Esta relación entre espectador-espectáculo ha hecho sentir a muchas personas que la vida del otro lado de la pantalla es mucho mas original, divertida y real que la vida misma, afuera, en la calle o en el campo. Todo se magnifica con la divinización de las estrellas de TV y demás figuras publicas. Los medios de comunicación en si dependen en gran parte de lo que hacen o dejan de hacer las "personalidades" como Tom Cruise, Ice Cube o Nancy Reagan para definir el material que utilizaran con la intención de mantenernos pegados a la caja boba. Ciertamente, estas personas no son muy diferentes ni más emocionantes que el resto de nosotros. Y el hecho de que muchos de ellos pueden pasar de un papel a otro (de modelo a estrella de rock, de estrella de rock a actor, de actor a diputado) en menos de lo que canta un gallo es una prueba de que es su mera condición como figuras públicas y no su talento inusual en un campo determinado lo que los hace noticia. Tanta información inútil sobre estos individuos es vomitada en nosotros diariamente que uno no puede, tarde o temprano, dejar de prestar atención... así pronto sabremos más sobre el nuevo novio de Madonna que de la vida de nuestros propios vecinos. No solo eso, tal vez comencemos a vivir indirectamente a través de ella, y seguramente al ver como los medios de comunicación la presentan como la personificación del encanto femenino y del peligro, sintamos así infinitamente mejor su vida(o nuestra vida por medio de la de ella) obviamente siempre mejor que la nuestra, generalmente aburrida y monótona. Sabemos más sobre los personajes de ficción que sobre lo que siente o piensa la gente real. Si escuchamos a dos personas en una conversación casual sin ningún problema nos daremos cuenta del tiempo que perdemos hablando de los residuos de la televisión, películas viejas, y personajes de cómics cuando este mismo tiempo se podría utilizar para planificar mejor nuestras vidas o al menos para conocernos mejor. No solo no hacemos esto ultimo sino que cada vez mas (y con mas fuerza) nos dedicamos a gastar nuestros momentos únicos e irrepetibles en intercambiar la inútil información con la que los medios nos bombardean día a día (-bombas has dicho? Nada de eso salio en los diarios de hoy-). Por supuesto, no solo la TV es nuestro problema, no cuando pasamos más tiempo preguntándonos quién será la próxima "banda del año" en la revista Rolling Stone, que el que utilizamos para preocuparnos por cosas básicas de nuestra vida, como por ejemplo… vivir.
Existe una razón por la cual las cosas son de esta manera:
Cuando las empresas de televisión, los productores de cine y toda su estirpe nos convencen de que la vida, entretenida y emocionante, no es algo que puede encontrarse a nuestro alrededor todos los días, pero en cambio, todo eso y mas si existe en la vida de los famosos, o en las películas, realmente logran vendernos de nuevo la vida misma, como si nunca hubiésemos tenido una. Es decir, cuando nos pasamos viendo la televisión en lugar de movernos, hacer el amor o jugar al fútbol, llegamos a creer que la mayoría de la emoción que podemos tener proviene de un show, una telenovela, o de un juego de deportes del que no participamos mas que como meros espectadores. Y mientras mas cosas se pueden ver en la TV mas cosas dejamos de hacer. Le sorprendería ver cuanto mas emocionante es hacer su propia música que sentarse a ver MTV. Acaso no le satisface mas hacer el amor con alguna persona de su alrededor que ver a extraños haciéndolo en una película pornográfica? En verdad cree que es más excitante ver a un actor sortear obstáculos en una película de aventuras que salir a sentir la adrenalina en su cuerpo? He aquí el origen del círculo vicioso; mientras menos dejamos el televisor para hacer estas cosas, más vacías son nuestras vidas reales, y mas necesitamos los programas de televisión para compensar la carencia de entusiasmos que nos invade violentamente.

Y es allí donde entran los magnates de los medios de comunicación. Ellos estarán muy felices de proveerle una vida sustituta por algún precio. Seguro le venderán el sexo de segunda categoría y la violencia, el entusiasmo y el afecto... pero no sin antes pagar por ello; primero asociándose a un servicio de TV por cable el cual luego le ofrecerá paquetes especiales con todos aquellos canales a los que no todo el mundo tiene acceso; los codificados. Después de eso tendrá que comprar un nuevo televisor y cuando el servicio de cable no le alcance para satisfacer sus necesidades será mejor que pague por un buen MODEM con su respectiva conexión a Internet. No solo eso, no olvide las últimas revistas de música ni las últimas películas en DVD original. Sus anuncios están cuidadosamente diseñados para hacer que gastemos la mayor cantidad de dinero posible... y mientras más gastemos más tendremos que trabajar y mientras más trabajemos menos energía habrá para salir a experimentar el mundo. En pocas palabras, somos el blanco perfecto.

Lo peor de todo esto es que probablemente estemos trabajando para alguna empresa que tenga que ver con el marketing, la publicidad o los medios. O de algún modo en un negocio que hace y pone en venta un producto o un “servicio” que es completamente inútil a la humanidad. En este caso no solo nos sometemos a sus artimañas sino que también les ayudamos a seguir produciéndolas.

Mientras nos extinguimos y nos perdemos la verdadera vida, visceral, intensa, inmediata, justo ahí llegan los grandes mercaderes a los cuales podemos comprarles algún sustituto de esta, no sin ayudarlos a seguir alienándonos. Y no nos equivoquemos con eso, todos vamos a morir; pero aun así ¿que prefiere?, mirar hacia atrás y recordar los maravillosos capítulos de su novela preferida o una vida real, llena de dolor y placer, amor y odio, romance y lucha?

¿Está satisfecho de ver a otras personas hacer lo que podría hacer usted mismo?

La solución es simple, si lo desea: es fácil apagar el televisor e ir afuera. Deje de preocuparte por lo que hace Paris Hilton, preocúpese por lo que hacen sus amigos o sus enemigos, lo que hace su amante, su hermano, su madre. De un paseo fuera de la oficina con la luz del sol y aprenda a vivir sin la innecesaria ropa de moda o el estéreo ultimo modelo, sea libre de elegir vivir una vida de desafío y entusiasmo, una vida llena de nuevas experiencias, una vida donde solo usted sea el amo de su propio destino y no una víctima de un trabajo insalubre o una campaña publicitaria. Seguramente si ha podido usar toda su energía para vender zapatos o computadoras para algún patrón, podrá encontrar un modo provechoso de ganar bastante dinero para sobrevivir... o, aún mejor, podrá trabajar con otros para lograr un mundo en el cual la supervivencia no dependa del dinero.

Actúe ahora o agache la cabeza para siempre; no hable de como le aburren los días, o de cuánto odia su trabajo.
si usted no está dispuesto a tratar de ponerse en libertad, simplemente no se queje del sorprendente sin sentido con el que comienza a teñirse su vida.